Silvia, Mamá de Isabella
Mundo Naranja ha supuesto un espacio donde he encontrado contención, cariño, guia, consejo, acompañamiento. Y para mi hija alegría, diversión, estimulación, cariño, amistad. Era una nena tímida al principio y muy apegada a mi y ahora es mucho más abierta y relajada.
Creo que en una gran ciudad como ésta, muchos padres nos sentimos solos en este hermoso reto de criar a nuestros hijos dándoles lo mejor, por tener a la familia y amigos lejos, y el pre-jardín nos ha dado la posibilidad de compartir y sentirnos acompañados. Creo que apunta a aquellas familias que busquen enriquecer y fortalecer el vinculo con sus hijos desde la alegría y el compartir, tanto entre padres como entre los niños, cuando todavía el Jardín tradicional no es una opción o consideramos que no cubre nuestras necesidades y la de nuestros hijos.
La proximidad, el trato personalizado, la participación de los padres, la posibilidad de compartir experiencias.
Me parece que al hacernos partícipe a las mamás-papás el proyecto se nutre, en un proyecto vivo, que se enriquece con las experiencias compartidas.
Para mí ha sido fundamental la proximidad, el trato personalizado y el cariño que hemos encontrado Isabella y yo.
Elijo Mundo Naranja, simplemente porque Isabella y yo somos más felices desde que ella empezó en «el jardincito».
Daniela, mamá de Fran
Como padres primerizos, siempre pensamos en brindarle lo mejor a Francisco, por eso desde su primer año de vida decidimos llevarlo a Mundo Naranja. En este espacio pudimos notar una gran diferencia en relación a los progresos de Fran y eso es gracias a Majo y su dedicación, su cariño y paciencia con los chicos.
Nos decidimos por Mundo Naranja porque, habiendo investigado otras opciones, nos pareció un lugar donde los chicos tienen mucha contención, se divierten un montón y a nosotros como padres nos da plena confianza dejarlo.
Al estar lejos de nuestras familias, es un complemento sumamente importante que nos ayuda en la organización entre el trabajo, los quehaceres diarios y la educación; también es destacable la relación que se genera con las otras mamás, ya que se genera un vinculo fuerte porque notamos compartimos los mismos valores a la hora de educar a nuestros hijos. Por supuesto que el hecho que Fran vaya a Mundo Naranja te da el tiempo para aprovechar y hacer cosas que con chicos son mas complicadas.
En nuestro caso particular, necesitabamos un lugar con la flexibilidad suficiente, ya que mi marido y yo trabajamos y en Mundo Naranja la encontramos!
Sin duda lo recomiendo porque el entorno es un lugar único donde siempre se les va a brindar lo mejor a nuestros hijos!
Gabriela, mamá de Juana
La traje a Mundo Naranja al año de edad y fueron tres horas que me permitieron tener un momento para mí, para salir, verme con amigas, hacer trámites, etc.
Cada vez que la dejo y me voy, me quedo super tranquila. Aprenden un montón y se relaciona con otros nenes, lo que creo es super importante ya que es hija única.
A mi me sirve mucho, es el tiempo justo y perfecto para traerlos!.
Miriam, mamá de Ignacio
Mundo naranja, le dio la posibilidad a Ignacio de tener su primera experiencia lúdica grupal. La confianza y responsabilidad de Majo nos satisfizo desde el primer momento. Gracias mundo naranja.
Natacha, mamá de Catalina
Mundo Naranja es un lugar que, por un lado, ayudó a mi hija a tener su primer contacto con otros nenes en un espacio cuidado y, por otro, me dio la posibilidad de disponer de un ratito para mis cosas sin comprometerme con la rigidez de una institución. También me permitió cruzarme con otras madres y comentar dudas, pedir consejos y tomar prestadas ideas. Uno de los fuertes para mí es el cuidado, cariño y contención que se les brinda a los nenes, además de que es más que un jardín es algo «como en casa», con una mamá pero que además sabe lo que hace porque estudión para eso.
Me parece que Mundo Naranja es algo muy familiar, de amigos, recomendados, de grupo. Como volver un poco a los contactos personales.
Barbara, mamá de Faustina
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Confié en Mundo Naranja desde el primer día! Sabía que cuidarían a mi hija igual o mejor que yo… pero, sobre todo que harían allí muchas cosas divertidas y creativas.
Por el trabajo y la organización familiar, fue fundamental poder contar con un espacio que fuera un ámbito similar a su hogar, para que cuidaran a mi hija, y me gustaba la idea de que estuviera con otros bebés.
No quería dejarla todo el día en casa con una chica, ni llevarla a un jardín maternal (en general, multitudinarios y con ofertas mucho más rígidas).
Fue sorprendente lo que avanzó en todo el año, y todas las actividades que fueron haciendo con lo chiquitas que eran! Lo super recomiendo!!!
Natalia, mamá de Ema.
Surgió la idea de armar un grupito de bebés, y me pareció una buena opción para tener unas horas para poder hacer trámites, compras y estudiar sin estar pendiente de mi hija. Empezamos con encuentros 3 veces por semana, y si bien las primeras veces me quedaba un rato hasta que Ema se quedara tranquila, muy pronto estaba tan entusiasmada cuando llegábamos que se olvidaba de que yo me iba. Como todo iba tan bien (Ema se quedaba tranquila y cuando la buscaba estaba re contenta), decidimos extender los encuentros una vez por semana más, y finalmente todos los días.
Esas tres horas para mí eran fundamentales para poder resolver muchas cosas del día a día que se hacían engorrosas con Ema a cuestas, empecé a tachar a lo loco los infinitos items de cosas que hacer y pude retomar un poco mi trabajo, con la seguridad de que Ema estaba en un lugar de confianza, y sobre todo, con el calor humano de María José, que nos daba mucho más que lo que un simple arreglo laboral requeriría.
El jardincito se convirtió poco a poco en el lugar favorito de Ema, donde siempre había algo nuevo por descubrir y donde se encontraba con esas otras personitas cuyos nombres ahora repite… sus amiguitas!
Carolina, mamá de André
Considero importante que los niños disfruten de la estimulación desde sus primeros meses, que puedan aprender y sentir que sus papás los dejan un ratito en un espacio exclusivo para ellos, donde el cariño de los padres no se suplanta, pero que recibirán todo el amor!
Creo que en este espacio los niños obtienen una preparación para ingresar a los futuros jardines que cada familia elija, en un espacio cuidado desde lo afectivo, desde la belleza y calidez del lugar y desde la salud y limpieza, donde los niños aprenderán a descubrirse a si mismos y a su vez a relacionarse con los pares, estimulando todos los sentidos con actividades acordes a cada etapa.
Al ser grupos reducidos, la atención y cuidado de cada niño, es casi personalizada, por eso es un espacio intimo y familiar.